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anecdotariolaboral

EL DIBUJO DE RIOBOÓ

EL DIBUJO DE RIOBOÓ Recuerdo que era noche vieja , (quizá del 77 ó del 78), estaba a solas con mis
padres, quería disfrutar de ellos, - mi padre ya no está, ni mi sobrino...-,
después de las 12 campanadas mis hermanos todos se fueron a dormir. Me puse a
dibujar a lápiz una ilsutración sobre la navidad que nuestro entrañable y
peculiar profesor RIOBOÓ nos mandó realizar durante las vacaciones...

Recuerdo que hacía en el exterior muchísimo frío, nunca he sabido dibujar, pero
aquella noche quizá fuera mágica: el dibujo plasmaba la cara de sorpresa de un
hombre que ante la luz de una antorcha o tea descubría una especie de bebé
semioculto entre la maleza y la hojarasca; él se encontraba de pie y el viento
soplaba, el cabello lo tenía alborotado por el implacable viento y el fuego de
la tea o antorcha se revolvía agitado... Una especie de luz manaba de ese bebé
que se fundía con el resplandor de la antorcha.... Esta escena se enmarcaba en
una paisaje nocturno, desértico y árido, parecido a la pampa que recuerdo de los
dibujos de Marco....

la ilustración me quedó muy bella, nunca me ha salido un dibujo tan realista...
e insisto, ante el dibujo soy como un pato mareado...

Lo terminé, mis padres ya se habían acostado, la habitación estaba caldeada por
el brasero de carbón cuyas ascuas aún se estremecían... Abrí los postigos de la
ventana, limpié el vaho que el frío había adherido a los cristales y pude
admirar un hermoso paisaje blanco, una copiosa nevada cubría majestuosamente el
campo. La Luna llena brillaba y respladecía intensamente, la claridad de la luna
fulguraba la nitidez de la intensa nieve blanca, y mi corazón se sobrecogía ante
tanta belleza...
Rioboó me puso un ocho que me supo a gloria....

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